HISTORIA DE UNA PASION(segunda parte)

En sus inicios escénicos Guillermo abordó la música andina con el grupo Suatí,soplando la flauta dulce.Aquella música le resultaba(y aún le resulta)inspiradora,revestida de profundidad en su sencillez.No obstante la insatisfacción seguía aguijoneándolo,muy adentro sentía que su ciclo en Popayán se había cerrado,esperaba un guiño del destino,lo presentía.Y el guiño vino un día mientras veía la televisión.En el programa de la Orquesta Juveníl de Colombia,seguido fielmente por Guillermo,había una sorpresa:un aviso de convocatoria para audiciones y aquel apasionado de diecisiete años no lo pensó dos veces,la insistencia de su padre en que lo musical fuera accesorio en su vida lo había movido sin convicción plena a estudiar derecho,ya lo requerido estaba a punto y al día siguiente sería su ingreso a la universidad,era un momento crucial y él decidió de corazón.Al día siguiente se fue de su casa sin que se dieran cuenta,sólo llevaba la ropa que tenía puesta,el violín de segunda mano que le había regalado su padre y el dinero del pasaje para Bogotá que consiguió rompiendo la alcancía de su mamá."Era un préstamo"aclara riendo,"con el tiempo le compensé con exceso aquel necesario asalto a su marranito".En Bogotá,bajo la batuta del célebre maestro Díaz,se dió a escuchar,a observar,a aprender con humildad.Díaz,quien lo llamaba "Popa",veía "algo"en él màs allá del simple ímpetu.Fue acojedor con él ayudándolo a resolver sus necesidades de alimentación y albergue.A muchas circunstancias se acomodó Guillermo,tenía un norte,no se desviaría.A los tres meses la orquesta partió hacia Puerto Rico invitada a un evento y para fortuna del recién llegado lo incluyeron.Ciertamente avanzaba,le habían asignado la labor de utilero y se sintió felíz,había aprendido a escuchar la música de lo pequeño,el llamado de la oportunidad tras las más simples cosas,era parte de su tránsito,lo aceptaba agradecido,ya vendría el tiempo del brillo pleno,lo sabía.Lo suyo no era un capricho,era certeza:sería violinista,uno de los buenos,el violín lo había reclamado desde niño y él había acudido,en su conquista lo daría todo.Vinieron muchos viajes más con la orquesta oficiando de utilero "días enriquecedores,felíces"señala y en su mirada leo todo el agradecimiento y humildad de aquel muchacho insistente,ese que no ha dejado de ser.
Un nuevo ciclo se abrió en Venezuela cuando obtuvo la beca Andrés Bello,fue un año y medio de vida agitada,"de vivir de,por y para la música".El dinero abundó,la bohemia también,pudo darse lujos impensados como vivir en la suite de un hotel,vivió entre el estudio y la escena una verdadera montaña rusa emocional.Acabado ese ciclo de desmesura pasó a tocar durante seis años con la Filarmónica de Bogotá al tiempo que con la agrupación "Charanga de la Candela",el contraste accidental en un comienzo era ahora una búsqueda deliberada,su sello personal,lo que lo definiría como el músico ecléctico que es.
En aras de perfeccionar su arte ingresó a estudiar música en la Universidad Javeriana,donde pronto se hizo a la conducción de la emisora al lado del famoso Moncho Viñas,atraído por la difusión que allí tenía la música electroacústica,que ha seguido con interés hasta hoy.En poco tiempo,inmerso en las vanguardistas sonoridades de grandes como Zumaqué y Atehortúa,entre otros,logró que el espacio de la franja de las once de la noche,escuchado sólo por una minoría de cultores y eventuales trasnochadores curiosos,pasara a ser diurno y popular al punto de conseguir la participación de los oyentes en amenos debates sobre la en ese momento muy revolucionaria corriente musical.Fueron dos años muy nutricios para Guillermo,mucho de su hacer de hoy tiene la impronta de esa experiencia.
Vienen luego los hechos que ligarían la vida de Guillermo a Manizales:es invitado a tocar con la orquesta en la inauguración del canal regional Telecafé y allí entre la gente involucrada en la logística del evento conoció a la que hoy por hoy sigue siendo su compañera,Olga Lucía,con quien se fue a vivir a Bogotá.De esa unión vino al mundo Raquel,motivo de no pocos motivos para Guillermo y en especial el de buscar un ambiente sosegado para su crianza,el que Bogotá no podía darle.La suerte vino en su auxilio en el llamado del afamado maestro Rendón, anunciándole que había una vacante en el concertino,no lo pensó dos veces,Manizales sería su proximo destino,el definitivo.De ahí hasta hoy la historia de este apasionado del violín en esta ciudad ha sido una suma de éxitos,tanto en su participación en la Orquesta de Cámara de Caldas como en diversos proyectos.Guillermo rezuma pasión en la escena y fuera de ella,su entrega es autentica,no la concibe de otro modo.Falta poco para que Guillermo parta,sus compromisos son muchos.Le pregunto por Flexus,su más reciente proyecto electroacústico,los músicos que admira y su definición del violín.Guarda silencio brevemente como ordenando sus ideas y dice:"Flexus es una posición artística hacia la vida.Todo es transformable,el músico integral tiene la obligación de educar al público"."Admiro a Bach por la profundidad,en el violín jazzístico a Stéphane Grappelli,Jean-Luc Ponti y Vanesa Mae.""Mi definición del violín?ofensivo e impreciso"El tiempo de Guillermo se ha acabado.Se pone de pie presuroso excusándose por la abrupta partida,le digo que comprendo,le agradezco su tiempo,su intimismo,y un mar de emociones que se quedan conmigo y que en el momento no sé definir.Guillermo parte veloz,lo veo irse a grandes zancadas,resuelto,entusiasta y pienso en aquel niño monaguillo y garitero que soñó ser violinista y concluyo que la pasión de que está hecho este hombre siempre le abrirá caminos.Lo veo desaparecer en una esquina,el sol empieza a ocultarse,su historia se me queda adentro,indeleble, luminosa.Parece una estrella de rock,un angelote festivo,un personaje salido de un cuento fantástico,quiza sea todos ellos...