Cuando por primera vez oí de una película llamada "LA MALDICION DE MANIZALES"supuse,como quizás muchas personas,que se trataba de otra película más sobre el manido estereotipo en que en tiempos modernos se han sustentado la mayoría de películas colombianas:la monstruosa trinidad del narcotráfico,el sicariato y la prostitución.Llegué a aventurar por un momento,incluso,basándome en que la película tuviera como escenario a Manizales,que talvez su tema fuera la política,fuente de no pocas maldiciones para esta ciudad y sin duda para la gran mayoría del país,la pasada y la actual alcaldía,para citar el ejemplo más cercano,me sugirieron muestras perfectas para inspirar el rodaje de una cinta con tal nombre.Con el paso de los días fuí sabiendo que,felízmente,esta no era otra película más sobre lo que para gran parte del mundo es la realidad colombiana,que era la temeraria concepción de un cineasta chileno que vió más allá de lo obvio y quiso plasmarlo con mucho más en contra que a favor;que,subyugado por el verde formidable que nos rodea,por la arquitectura republicana y sobretodo por nuestro gótico gigante de piedra,la Catedral Basílica,gran protagonista de la trama,decidió darse a la construcción de una historia fantástica,romántica con ribetes hollywodenses,y a la vez consistente,sustentada en nuestra leyenda y de la mano de la modernidad;fuí sabiendo que "LA MALDICION DE MANIZALES"se ha filmado,y aún se sigue filmando enteramente en Manizales,que está siendo el fruto de un trabajo tesonero,que si su presupuesto económico no es el de una superproducción,la suma de disciplinados talentos que hacen parte de ella son su gran caudal,la incontestable demostración de que al arte no lo hacen los presupuestos.Fuí sabiendo y aún sigo sabiendo la suma de talento y voluntades que dará a luz una película singular,lo he visto en varios sitios de la ciudad,en el entusiasta llamado de Adolfo Rivera a acompañar su bendita maldición a través de la tribuna virtual,a creer que visiones como esta,alejada de las fórmulas estereotipadas de tantas películas,no sólo son posibles sino urgentes.
Es posible,como con toda empresa humana,que el resultado final de este esfuerzo sea excedido por las expectativas que ha alentado,más tiene el mérito enorme de haberse dado al riesgo en medio de un mundo de caminos seguros,es una propuesta valiente,un sacudón promisorio al acomodamiento letárgico de casi todo el cine colombiano,una apuesta por nuevos imaginarios.Adelante,Fito,gracias por esa fe en lo nuestro,tenemos mucho para aprender de ella.
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