BREVE SEMBLANZA DE UN TROVADICTO(o hallazgo de una tarde de septiembre)

Era una calurosa tarde de septiembre del ochenta y cinco,me encontraba de visita donde unos vecinos en compañía de mi madre.La charla era animada pero mi atención era arrebatada de tanto en tanto por la música que salía de una de las habitaciones.Eran canciones que conocía en su mayoría,unas de mi entero gusto,otras no tanto.En medio de la charla había aguzado el oído para "Mediterráneo",de Serrat,"La Cigarra",de Mercedes Sosa,"Wild world",de Cat Stevens,y unas cuantas de Joaquín Sabina,hasta que algo diferente llegó a mis oídos,era algo caribeño sin duda.Me dejé llevar por las trompetas y la cadencia del piano y del bajo desentendiéndome de lo demás,lo que vino después produjo en mi un estremecimiento que supe que nunca olvidaría:una voz metálica,singular,que yo no había oído antes empezó a cantar -"Un corazón quiso saltar un pozo/confiado en la proeza de su sangre/y..."Con tan sólo escuchar el inicio de la canción me levanté de mi silla y a grandes zancadas llegué a la habitación de donde venía la música.César Hoyos,profesor de inglés del colegio en el que cursaba mi bachillerato,era el atento escucha de la música.Al irrumpir en su habitación se sobresaltó pero sin darle tiempo para más le disparé un "Quién es ese?"con la mirada fija en la vieja grabadora."Silvio Rodríguez,es muy bueno"fue la respuesta.Me senté a su lado,él siguió hablando mas mis oídos ya sólo seguían la canción,maravillándome cada vez más.Lo que escuchaba era la respuesta a un anhelo,la clase de letra por la que esperaba,diferente de tantas que había escuchado.Aquella no era una tarde cualquiera,era la de un caro hallazgo,me sentí tocado por una suerte de magia.Esa tarde supe que esa canción se llamaba "Son desangrado",escuché "La maza","Hoy mi deber"y "Canción del elegido",y supe qué era la Nueva Trova Cubana.Esa tarde yo,un adolescente tímido y silencioso,sentí que me había sido dado un gran regalo.En adelante fuí tras más canciones de Silvio Rodríguez,más,cada vez más y siempre a la espera de la próxima,no era el único,había muchos como yo de edades diversas,gente queriendo escuchar canciones diferentes,sustraerse de la melíflua languidez de la balada,amantes de la poesía,de la reflexión.Desde aquella tarde tome distancia de algunas baladas que habían calado en mi gusto,las canciones de Silvio eran esas urgentes por las que había esperado,libres de los cánones del comercialismo,rezumantes de humanismo,de belleza,pletóricas de afiladas imágenes,de mundos y seres fascinantes.Ya tenía una nueva adicción además de la poesía,el café,la pasta,montar en bicicleta y las historietas,y como a todas ellas la viví con desmesura:escuchaba a Silvio(porque una vez que uno hace suyas sus canciones se da en nombrarlo como a un amigo)todos los días,repetía una y otra vez mis canciones predilectas,a quien podía le preguntaba o hablaba sobre él,incluso perdí a una novia que no compartía mi vicio ni aceptaba que muchas veces le diera más tiempo que a ella,me hice a amigos,complicidades e incomprensiones.Como muchos nutrí mi adicción procurándome cuanto dato pudiese acerca del creador de tan poéticas canciones y lo que fuí sabiendo me trajo nuevos asombros.Aquel era un artista fuera de serie, dueño de un talento singular,un orfebre de la palabra,guitarrista notable y humanista indeclinable.Recuerdo que en alguna ocasión expresé ante otros enfebrecidos que Silvio Rodríguez era un extraterrestre que eligió ser cubano,idea a la que aún hoy de tanto en tanto me veo tentado.Luego las canciones de Silvio me llevaron a conocer las canciones de otros trovadores cubanos y a nuevos deslumbramientos.Eran canciones comprometidas con lo más noble de lo humano,cantos a la igualdad,a la justicia,al amor en su más alto significado,a la exaltación de la mujer como ser esencial en la transformación del mundo en oposición a la figura decorativa,pasiva,sumisa,objeto de placer,promulgada por tantas canciones;me había adentrado en la Nueva Trova Cubana y ella se había adentrado en mi,ya yo era un trovadicto.
Y pasó el tiempo.Crecí para algunas cosas,para otras no,como muchos,y las canciones de Silvio me siguieron acompañando,sabía todo lo que un trovadicto que se respete debe saber,las canciones guardadas en casetes pasaron a cedés,aprendí mucho más,confirmé intuiciones,entendí mejor la gran raíz de la Nueva Trova,seguí dando con silviófilos,trovadictos impenitentes,también con disidentes,igualmente aprendí que las canciones de Silvio han inspirado grandes causas y que así mismo nunca ha faltado quien ha respaldado con ellas algo tonto,inconsistente,cuando no cursi,un riesgo inherente a toda canción,finalmente.Mi adicción persistió aunque los deberes relativos al crecer no me permitieron ya la desmesura de los primeros días,acometí la literatura y como dice una de las canciones de Silvio-"me fuí enredando en más asuntos/y aparecieron cosas de este mundo".
Hoy,lejos de la tarde de aquel hallazgo,aún escucho aquellas viejas canciones con la emoción de entonces,y en las nuevas sigo palpando el talento intacto de aquel a quien alguien ha llamado "El Bob Dylan del caribe".He crecido,el mundo ha cambiado,muchas ideas mutado,las canciones ciertamente no cambian al mundo pero pueden hacerlo más llevadero,en mi caso las canciones de Silvio siempre lo han hecho,no pido más de él,vaya para él mi agradecimiento y admiración por tanta belleza cantada,por sobre enemigos,sueños fallidos y otras hierbas.Y mi agradecimiento también para aquel jovencito que sin querer,aceptó acompañar a su mamá a una visita en una tarde de Septiembre.