lunes, 28 de marzo de 2011

PALABRAS A UNA AMIGA EN SUS CUARENTA Y NUEVE (A Joaquín Lavado "Quino",maestro)

Recordada amiga:
Aunque desde hace ya mucho tiempo que,consecuentemente con tu carácter,decidiste hacer silencio,quiero decirte que te recuerdo mucho,que extraño tus agudas reflexiones,tu espíritu irreductible,tu inteligencia insumisa.¿Cómo no recordarte,amiga?en tí más de una vez ví reflejadas mis rebeldías,mis preguntas e insatisfacciones,más de una vez tus palabras me alumbraron el camino,más de una vez me levanté contigo contra la injusticia,cargué contra la estupidez ajena y propia,más de una vez encontré en tí las sabias palabras que grandes filósofos no me dieron.Luego supe cuánto habías calado,la insistencia de tu grandeza-cuando te conocí ya hacía algún tiempo que habías hecho silencio y sinembargo tu pensamiento,tus decires,saltaban aquí y allá repetidos en montones de bocas,de revistas,de libros,de pancartas,te habías afantasmado pero nunca dejaste de estar presente,aunque cada vez te ví menos nunca dejé de sentirte,tras prolongados silencios volvías,siempre volvías,reclamada,urgente,llamada por la gente del común y también por más de un famoso,como cuando Serrat te invitó en el ochenta y siete a aparecer en el álbum para su disco en homenaje al grande de Benedetti "El sur también existe"(encuentro que finalmente no se dió,ignoro por qué)o cuando el iluminado de Cortázar preguntado sobre su opinión sobre tí,prefirió preguntarse lo que tú opinarías de él.
Amiga,nunca he olvidado tu cumpleaños y nunca antes te había escrito,mas cuando el pasado quince de marzo cumpliste cuarenta y nueve años,sentí que te debía unas palabras,si no te las escribí ese mismo día fue por andar enredado entre papeles,musarañas y una que otra vana cosa que posiblemente criticarías.
A un año de la cincuentena gozas de buena salúd,amiga,sobrevives en un mundo que,como habras notado,poco cambia para bien,sigues estando e inspirando,al parecer no tomar sopa no es tan malo como se podría pensar.No te imagino menopáusica pero si acaso ya lo fueras,seguramente sabrás burlarte del asunto y de cuantos más suele traer el tiempo,pero a decir verdad te sé la de siempre y de tarde en tarde te sigo viendo confundida entre las madres de la Plaza de Mayo,alzando una pancarta contra las garras opresivas de la mafia banquera,valerosa activista de Green Peace hostigando a los cazadores de ballenas,veo tu dedito admonitor señalando imperialismos y dictaduras,el abuso y la estupidez,venga de donde venga.Te veo también leyendo en la sencillez las grandes lecciones de la vida,cuestionándote y cuestionándonos,hiciste silencio,sí,pero todas las verdades que dijiste siguen resonando.Me pregunto qué dirías de estos tiempos de crecimiento insostenible,de avances en la comunicación mas no en el entendimiento,de tanta estupidez televisada,de la estupidez cantada(has oído a un tal Ricardo Arjona?sigue aferrada a tu querido cuarteto de Liverpool,amiga,más te vale...)de los crímenes en nombre de la democracia...en fin,querida amiga,disculpa,me he extendido y esto no es un cuestionario,es mi felicitación y agradecimiento por tantas respuestas que en tí hallé.
Mafalda,sabia amiga,mi filósofa de cabecera,te envío un gran abrazo y mi gratitud por tantas lecciones,gracias por no traicionarte ni traicionar a tus querientes.Saludos a Felipe,ojalá ya libre de culpas,a Manolito,ojalá el empresario de corazón grande de siempre,a Susanita(ya es madre?)a Libertad,sarcástica sin par,a Guille,tu hermanito y a tus papás,menuda hija trajeron al mundo!Felíces cuarenta y nueve,Mafalda! Con afecto: Mauricio

jueves, 27 de enero de 2011

EN CIERTA TARDE DE LLUVIA

En cierta tarde de lluvia acodado en la mesa de un café miraba hacia la calle a través de un amplio ventanal.La lluvia era feroz como no se había visto en mucho tiempo,nubes monstruosas de color gris plomizo cubrían el cielo y un viento caprichoso de tanto en tanto arrojaba gruesos goterones contra el cristal frente a mi con tal violencia que llegué a pensar que en algún momento saltaría en pedazos.Afuera pasaban corriendo los atrapados por el aguacero,buscando el amparo de un techo o un taxi.Un viejo de sombrero y abrigo astroso cruzó a torpes saltitos la calle esquivando los grandes charcos,al llegar cerca del ventanal su gesto abatido me sugirió un espantapájaros fallido.Una negra como escapada de un cuadro de los días isleños de Gaugin pasó sacudiendo su escobillón rasta,resbaló ligeramente y el relámpago de su sonrisa me deslumbró como ninguno de aquella tarde implacable.Entonces lo ví:alto,flaco,con las manos en los bolsillos y el ondulado cabello vencido por la lluvia cayendo sobre sus ojos,aquel hombre no se guarecía.Parado en una esquina,la espalda contra la pared de un viejo edificio,sin techo alguno sobre sí,aquel hombre parecía esperar a alguien a despecho de la tormenta.Largo rato me quedé viéndolo,irreductible,indiferente a la lluvia,un romántico embebido en la certeza del encuentro o en la resignación del desencuentro,acaso un pobre diablo que bajo la lluvia me trajo reminiscencias heróicas.Cayó la noche,cesó la lluvia,partí y allí se quedó.El resto no lo supe,pero en mi cabeza la lluvia estaba lejos de cesar,de aquella tarde de lluvia emergió este texto.

Vendrás como lluvia
sobre mi techo de sal
Serás aguacero averiguando cada hendija -naufragio de fantasmas y soles de vidrio-
Te estaré esperando entonces,sin sombrilla
cuando escampes tendré un nuevo bautismo
y el mundo otro ahogado.